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Por qué en invierno nos pueden doler más las articulaciones



Con la llegada del otoño y el invierno el dolor en las articulaciones se hace más palpable, pero ¿por qué nos duelen las articulaciones cuando hace frío?, y ¿Cómo podemos evitarlo? Aquí tienes la respuesta.

Existe una correlación directa entre las bajas temperaturas y la humedad, con el dolor. Sin embargo, esta relación dependerá mucho de la sensibilidad de los pacientes a los factores ambientales y, sobre todo, a los barométricos. De esta manera, puede darse la situación de que determinadas personas puedan prever la llegada de lluvias o un cambio de temperatura como si fueran meteorólogos basándose en sus dolencias articulares.


Concretamente, el frío produce una vasoconstricción que afecta el aporte de sangre al músculo, lo que genera contracturas y rigideces que empeoran la estabilidad articular, que ya está afectada por la patología degenerativa propia de la edad: artropatía degenerativa, pérdida de fuerza muscular y pérdida de colágeno. También disminuye la elasticidad de los ligamentos y tendones.


En un cuadro de síndrome miofascial, con múltiples puntos gatillo (aquellos que dan dolor referido a otra parte del cuerpo) y dolorosos a la palpación, el frío multiplica el dolor. Además, el frío produce hiperalgesia (respuesta aumentada a un estímulo doloroso) mecánica por el estímulo de los receptores del dolor.


Cómo evitar los síntomas

Es importante protegerse del frío, sobre todo en las extremidades inferiores, las extremidades superiores y la cabeza, que son las partes más expuestas. También es recomendable aplicar fuentes de calor sencillas como parafina, paños calientes o fricciones con alcohol de romero.



En el llamado Síndrome de Raynaud (vasoconstricción de las arteriolas periféricas por frío), se pone nitroglicerina tópica, que ayuda a vasodilatar aportando sangre a las zonas más dolorosas, que suelen ser manos y pies.


En patologías crónicas como la artrosis están muy indicados los spas, combinando aporte de calor por las aguas termales y ejercicios. Aunque en lesiones deportivas y postraumáticas o fases muy agudas de artritis el frío ayuda en las primeras 24 o 72 horas a una recuperación más rápida de las lesiones.


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